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Filosofía Montessori: ¿Qué puede aportarle a tu familia?

  • Foto del escritor: Angela Cortés Segura
    Angela Cortés Segura
  • 18 jun 2019
  • 3 Min. de lectura

en este espacio, hablaremos de algunos puntos importantes para entender la aplicación de este método como filosofa y encontrar el equilibrio entre el niño y el adulto.


El objetivo de María Montessori no era facilitar el aprendizaje de las matemáticas, ni tampoco conseguir que los niños aprendan a leer y escribir por sí solos gracias a sus materiales manipulativos. Todo eso forma parte de Montessori, pero el objetivo principal, la base sobre la que se asienta todo lo demás… es educar para la paz.

María Montessori vivió las dos Guerras Mundiales y también se vio afectada por la Guerra Civil Española. Durante los años que vivió en la India conoció a Mahatma Gandhi y desde entonces mantuvieron el contacto. Todo esto la marcó de una manera profunda, y unido a su inmensa fe en el potencial de los niños le hizo volcar todas sus energías en divulgar la importancia de trabajar para la paz desde la educación.

Han pasado más de 60 años desde su muerte y por desgracia seguimos sufriendo guerras, pero no podemos rendirnos; el futuro está en las manos de nuestros hijos, y la educación de nuestros hijos está en nuestras manos.


Así que ahora quiero concretar un poco más los valores y aptitudes que un niño puede obtener de una educación Montessori:

Capacidad de tomar decisiones Capacidad de concentración

Capacidad de hacer juicios de valor Libertad Ser justo Ser racional Control del movimiento del cuerpo Creatividad Capacidad de ser feliz Independencia Auto disciplina Amor por aprender Capacidad de percepción Respeto hacia con los demás Respeto hacia la tierra Responsabilidad Seguridad en sí mismo Auto-motivación


Cómo aplicar esto en el día a día?

Te propongo que cada vez que tu hijo esté haciendo algo que consideras inapropiado, antes de decirle “Deja de hacer eso” o “Pórtate bien y estate quieto”, considera si lo que está haciendo es realmente inaceptable o si se trata de una forma de actividad razonable (aunque personalmente te resulte algo molesto).

no olvides : " Es evidente que no teniendo el adulto noción alguna sobre a importancia de la actividad motriz del niño, se ha limitado a impedir esta actividad perturbadora. (Maria Montessori. “El Niño, el secreto de la infancia”)

" La primera noción que el niño debe adquirir para conseguir una disciplina activa, es la del bien y el mal. El trabajo de la educadora está en impedir que el niño confunda, como sucede en la antigua forma de disciplina, el bien con la inmovilidad y el mal con la actividad; porque nuestro objeto es el de disciplinar para la actividad, para el trabajo, para el bien; no para la inmovilidad, para la pasividad para la obediencia. (Maria Montessori. “El método de la pedagogía científica”)

Una de las normas en un aula Montessori es “Nunca se debe interrumpir el trabajo de un compañero”. Cuando interrumpimos el trabajo de un niño o de un adulto, estamos enviándole el mensaje de que lo que está haciendo no es valioso, o al menos no tan valioso como el motivo que nos lleva a interrumpirle.

Es bastante común, sobre todo en el caso de los bebés, dar por hecho que cualquier cosa que estén haciendo no es suficientemente importante como para no ser interrumpida.

Un ejemplo que todos hemos vivido: Un bebé está tumbado observando un móvil, o sus manos, o el reflejo de la luz en la pared, o cualquier cosa que en ese momento esté atrayendo su atención, y es interrumpido por un adulto que (con la mejor intención del mundo) empieza a mover un sonajero o a llamarle por su nombre para atraer su atención. Esta interrupción está impidiendo que el bebé desarrolle su capacidad de atención, y le ha distraído de algo que tenía una importancia mucho mayor de lo que mucha gente imagina, algo en lo que estaba “trabajando”.

Sí, los bebés y los niños trabajan constantemente, y además se trata de un trabajo de suma importancia, por eso María Montessori era partidaria de llamar “trabajo” y no “juego” a lo que hacen los bebés y los niños, para darle la importancia que se merece.

Algo que todos nos deberíamos plantear antes de interrumpir a un niño es “Realmente necesito interrumpirle?”, y si la respuesta es no, lo mejor es dejar que el niño aproveche y refuerce su capacidad de concentración.


En los siguientes post hablaremos de :

1. El “flow” y que tiene que ver con Montessori.

2. Motivación interna: Castigos, premios y elogios.

3. El peligro de elogiar demasiado.

4. El peligro de elogiar demasiado.







 
 
 

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