Límites y Normas ¿Por qué son necesarios?
- Angela Cortés Segura
- 22 oct 2019
- 3 Min. de lectura
En cualquier ambiente Montessori existen normas. La libertad que se crea en el ambiente es una libertad guiada, una libertad para la convivencia social. Donde es necesario: Respetar a los demás, respetar el material y respetarse uno mismo.
Porque los límites son necesarios para la convivencia. Y es necesario que sean unos límites claros, unas normas sociales que eviten atentar contra la integridad de alguien, que eviten que seamos irrespetuosos con todas las cosas y personas que nos rodean.
Los adultos, en este caso, los padres, a la manera de Disciplina Positiva debemos establecer un conjunto de normas para la convivencia en el hogar. Normas que si nuestros hijos son mayores pueden participar de ellas. Mientras nuestros hijos sean pequeños, seremos los padres los responsables de estos límites para su seguridad. Por eso es muy importante crear un ambiente preparado (creando así condiciones que animen a nuestros hijos a tener conductas adecuadas. Si por ejemplo vemos que nuestro hijo está empezando a golpear un material, o cualquier cosa que tengamos por casa, no siendo esa su utilidad, podemos ofrecerle una alternativa "puedes golpear este tambor, pero este material no, se rompe". Siempre con palabras sencillas, cortas, que puedan entenderlas, sin enrollarnos. Siendo amables pero también firmes.
Para ello nos podemos servir de diferentes herramientas:
-Ambiente preparado. Necesario para que sientan un orden y una seguridad. Éste debe estar dispuesto según su etapa del desarrollo
-Tabla de rutinas. Mostrar a nuestro hijo de manera secuencial que es lo que toca en cada momento.
-Anticipador de situaciones Si queremos evitar que nuestro hijo se sienta sorprendido cuando de repente nos tenemos que ir de casa o del parque, queremos cambiar una determinada conducta, etc., sería conveniente mostrarle con anterioridad que es lo que va a suceder.
-Ponernos en sus zapatos. Si a nuestro hijo le apetece ir al parque y en ese momento no puede ser entonces le ofreceremos una respuesta que muestre que le entendemos "Sé que te gustaría ir al parque pero tenemos que volver a casa para cenar y bañarnos" lo más seguro que la reacción sea no querer ir podemos buscar alternativas que lo inviten a participar "Hoy toca tortilla de patata ¿te apetece batir los huevos?".
Puede pasar también que se enfaden y nuestra actitud debe ser la misma, amable y firme. Actuar siempre desde el corazón, cuando nuestros hijos no pueden mostrarnos lo que sienten porque no tienen suficiente vocabulario "Sé que estás enfadado. Lo entiendo. Podemos venir mañana al parque"
-Organizar actividades adecuadas a sus necesidades -periodos sensibles-
-Confiar en ellos. Dejemos que colaboren en las tareas del hogar. Que sientan que pertenecen. Que son importantes.
Escuchar, respetar, hablar de una manera lo más positiva posible. Sin gritar, sin criticar, sin juzgar, sin etiquetar. Los padres somos el ejemplo de nuestros hijos. Los límites no implican que seamos irrespetuosos sino todo lo contrario las normas y los límites se establecen para ser precisamente respetuosos con nuestro entorno. Lo que hay que tener en cuenta es la manera en la que se ofrecen esos límites. Que debería ser siempre desde amor, la empatía y el respeto.[1]
“La libertad del niño debe tener como límite el interés colectivo; como forma de lo que llamamos la educación de las buenas maneras y de los actos. Debemos, pues, impedir al niño todo aquello que pueda ofender o perjudicar a los otros y todo lo que significa un acto indecoroso o grosero. Pero todo lo demás, toda manifestación que tenga un fi n útil, cualquiera que éste sea, debe ser no sólo tolerado, sino observado por la maestra. He aquí un punto de capital importancia.”

Comments